miércoles, 10 de diciembre de 2014

Risas acartonadas

Soy una reidora profesional.  Sí, es a lo que me dedico.  Soy de esas personas que van a los programas de televisión y a las que les van mostrando carteles que dicen: “Aplausos” “Risas exageradas”, etcétera. 
Al principio pensé que podía ser divertido el hecho de que me pagasen por reír.  Pocos pueden decir que ríen en sus trabajos.  Sin embargo, no me llevó mucho tiempo darme cuenta de que lo que emanaba de mi no eran carcajadas naturales, sino más bien gritos cortos con sonrisas falsas.  Al quinto cartel de “Risas” lo que menos querés hacer en tu vida es reír.  No me parece gracioso lo que pasa en el programa, pero me veo forzada a fingir que es muy entretenido.  A veces miro a mis compañeros.  ¿Qué nos llevó a hacer esto?  ¿Cómo es que pensamos que este trabajo podía ser divertido? 
Me da tristeza pensar que la risa en nosotros se ha desvirtuado, ha sido rebajada a ser usada como un trabajo.  Algo que debería ser tan natural…  Ya no podemos reír ante un chiste como antes, preferimos volcarnos a otras formas de expresar emociones.  El llanto se ha vuelto una forma nueva de reírnos, porque nadie ha prostituido nuestras lágrimas.