viernes, 14 de octubre de 2016

Manifiesto

Se cae el mundo a pedazos
y lo mismo que lo destruye
es lo que lo salva. 
Un segundo,
un solo segundo
basta para que un bebé nazca
o alguien muera acribillado.
La misma persona que te da la espalda hoy,
mañana te necesitará
y a quien criticaste por ser diferente,
te nutre con su diferencia.
Todos los días lanzamos una moneda
esperando a que caiga.
Nos estamos matando por una guerra
que no nos pertenece. 
Usamos emblemas
de lo que no somos,
porque en realidad, somos energía
y en realidad, somos amor.
Y cualquier discurso religioso
o televisivo
o político
que nos convenza de lo contrario
está acabando con lo que salva al mundo,
que es también lo que lo destruye:
el ser humano.